Cría de gusanos
de seda
La suavidad de cada retazo de seda
es el resultado de un sorprendente proceso de gestación,
nacimiento, mudas y metamorfosis del Bombyx mori, único
ser sobre la tierra capaz de producir los finos hilos de la seda.
Durante muchos años, los chinos
lograron conservar el secreto de la producción de la seda por
medio de medidas sumamente drásticas, aplicaban hasta la pena de
muerte a quien se atreviera a sacar de su territorio huevecillos,
gusanos o mariposas de la especie.
El recurso natural y que se encuentra
disponible en la región pampeana es el suelo, de aceptable
fertilidad, dada su composición, y favorecido por un clima de
característica subtropicales, con un promedio de lluvia de que va
de los 750-1000 mm anuales. Estas condiciones son óptimas para el
crecimiento de la morera que se desarrolla con extraordinaria
facilidad y es el alimento principal del gusano de seda. El clima
es favorable para la cría de Gusanos de seda desde septiembre a
mayo, lo que garantiza una ocupación permanente gran parte del año
a los criadores que deseen encarar esta actividad de alta
productividad y buenos niveles de rentabilidad como complemento de
los ingresos familiares.
¿Qué es la Sericultura?
La sericicultura es la combinación
de los cuidados del hombre y el trabajo de un gusano poseedor de
la invaluable capacidad para producir, con sus glándulas
salivosas, miles de metros del fínisimo hilo. Con él confecciona
su capullo y se guarnece durante el proceso de metamorfosis que lo
lleva a convertirse en una bella mariposa.
La sericicultura no necesita de
mucha inversión ni fuerza física, pero sí de dedicación y
cuidados de temperatura, humedad, tiempo y limpieza de los
animalitos y de la morera. Esta planta les proporciona el alimento
durante su corta vida y les aporta el almidón que transforman en
una hebra, que puede alcanzar los 1 500 metros de longitud en cada
capullo. Sin embargo, 500 metros de hebra apenas alcanzan a pesar
130 miligramos de seda; por lo que cada metro, convertido en
miligramo, resulta ser sumamente caro en valor monetario y en
esfuerzo.
La seda es un producto natural que
reúne características únicas, y el hombre, inútilmente, ha
intentado obtenerla a través de métodos artificiales e
industriales. Los japoneses encontraron la manera de disolverla
para rehacer nuevamente la hebra, pero su descubrimiento no sirvió
de nada. También se han logrado producir delicadas hebras a base
de gelatina, algo resistentes al insolubilizarlas con formol, pero
se encontró que al contacto con el agua, se hinchaban y perdían
toda forma corporal.
En Europa, después de mucho
experimentar con vidrio, se logró obtener una estopa de finas
hebras pero inconsistentes.
Finalmente, después de tanto
buscar, se encontraron hebras de características delgadas y
brillantes, a las que se les llamó sedas artificiales, como la
artisela, la sedalina y el rayón. Ninguna de ellas ha logrado
obtener la resistencia del hilo del Bombyx mori, que es de
8 gramos, peso que puede soportar antes de romperse; tampoco
igualan su elasticidad, ya que un metro logra estirarse hasta 10
centímetros más, sin romperse; y, desde luego, no han superado
su consistencia, duración ni finura.
La
seda tiene, además, la cualidad de conservar el calor natural,
mientras que las imitaciones, por ser un producto sintético, son
sumamente frías. Entre su larga lista de atributos, hay que
agregar la enorme capacidad de absorción para el agua, los gases
y los colorantes; y para cerrar con broche de oro, basta decir que
es un magnífico material para aislar los alambres de metal.
Ante la magnificencia de sus creación,
sólo nos resta colaborar con ella y aceptar la sentencia:
"Imposible igualar a la naturaleza".
Un poco de historia
El Bombyx mori o gusano de
seda, es originario de China. Los historiadores chinos indican
como fecha del comienzo de la sericicultura 3 400 años antes de
nuestra era. La emperatriz Sihing-Chi, esposa del emperador Housan-Si,
quien reinó por el año 2650 a.C., propagó esta industria entre
la casta noble del imperio. Se consideraba entonces como un arte
santo y sagrado, reservado únicamente a las damas de la corte y
la alta aristocracia. A su muerte, se le erigieron templos y
altares como "la genio de los gusanos de seda".
Desde el alba de su civilización,
los chinos tuvieron a la sericicultura y el tejido de la seda como
la principal fuente de su riqueza. Los primeros emperadores
ordenaron la propagación de esta actividad y, a menudo, dictaban
decretos y órdenes para proteger y recordar a la corte sus
obligaciones y atenciones con la sericicultura.
La sericicultura llegó a Japón
600 años antes de nuestra era, y más tarde, se extendió hacia
la India y Persia. Durante el siglo segundo, la reina Semíramis,
después de una "guerra feliz", obtuvo toda clase de
obsequios del emperador chino, quien le envió navíos cargados de
sederías, gusanos, y hombres expertos en la materia. Desde
entonces Japón extendió en todo su territorio la sericicultura,
al grado de que llegó a considerarse que la seda poseía poderes
divinos. La historia registra el momento en que el gobierno
intervino, en nombre de la economía nacional, porque todos los
campesinos querían dedicarse a esta actividad, olvidándose de
las otras ramas de la agricultura.
Por el año 550 d.C., unos
misioneros griegos llegaron a predicar el cristianismo a Persia,
donde conocieron los procedimientos para la crianza del gusano y
la producción de la seda. En el hueco de los bastones, los monjes
introdujeron semillas de morera y huevecillos, logrando así sacar
la especie hacia su territorio. De Grecia la sericicultura se
extendió a los países de Asia y África del Norte; más tarde
llegó a Europa, donde Italia, Francia y España, obtuvieron
excelentes resultados, y a quienes se les reconoce, hasta la fecha
la finura de sus sedas.
Los
primeros ejemplares de gusanos y moreras llegaron a nuestro
continente durante la Colonia. En las crónicas de la época se
dice que la corona española otorgó la concesión para Plantar
100 mil moreras en Tepexi, Oaxaca, y que los misioneros dominicos
expandieron esta actividad por la región cálida de Oaxaca,
Michoacán y la Huasteca de San Luis Potosí.
A pesar de que los españoles
encontraron que la morera crecía cinco veces más aprisa que en
Andalucía, que se podían hacer dos crianzas al año, y que se
obtenían sedas de excelente calidad, la sericicultura no llegó a
consolidarse en nuestro país, debido, en gran parte, al auge de
la minería, a las revueltas sociales, pero sobre todo, porque es
una actividad muy delicada que necesita forzosamente de la
organización, protección y fomento del gobierno.
Aspectos técnicos
Ciclo biológico
El gusano de la
morera es un Lepidoptero cuyo nombre técnico es Bombix mori Linn. Dicho insecto se caracteriza, fundamentalmente, por
elaborar una fibra única, muy utilizada en la industria textil;
la explotación comercial de estos gusanos se denomina
sericicultura (o sericultura de cuyas cualidades le hablamos al
comienzo del artículo).
El ciclo
evolutivo del gusano de seda dura, aproximadamente, 60 días y
comprende nacimiento, desarrollo de la larva, capullaje
(metamorfosis), salida del capullo (mariposas), acoplamiento,
puesta de huevos y muerte.
De acuerdo con la cantidad de ciclos
evolutivos cumplidos a lo largo del año, estos insectos se
clasifican en diferentes tipos de razas o grupos biológicos.
Los monovoltinos
son los tipos raciales que cumplen anualmente un único ciclo
completo. Cumplida la vida activa de la mariposa, los huevos
puestos por ella entran en un período de hibernación natural de
alrededor de 300 días.
Los bivoltinos son las razas que completan
dos vueltas o ciclos evolutivos al año (en dos generaciones). Los
huevos puestos en el primer ciclo nacen a los 10 días y los
colocados por estos últimos entran en receso durante los 235 días
restantes.
Por último, están los polivoltinos que son todos
aquellos que completan más de dos ciclos en el año.
Duración
del ciclo biológico |
Día* |
Duración
en días |
Etapas |
0 |
7 |
Nacimiento
de larvas y comienzo del estado 1º |
7 |
1 |
Sueño
y primera muda de piel |
8 |
5 |
Estadio
2º |
13 |
1 |
Sueño
y segunda muda de piel |
14 |
6-7 |
Estadio
3º |
20 |
1 |
Sueño
y tercera muda de piel |
21 |
6 |
Estadio
4º |
27 |
2 |
Sueño
y cuarta muda de piel |
29 |
8-12 |
Estadio
5º |
37-42 |
3 |
Inicio
de capullaje |
40-45 |
|
Fin
de capullaje |
45-50 |
|
Cosecha
de los capullos |
*aproximado |
El nacimiento del
gusano puede ser retardado por el hombre, a través de técnicas
de estibado, hibernación e incubación.
Una vez en manos
del productor, la activación de los huevos se logra exponiéndolos
a una temperatura de incubación de 15 grados el primer día, 20
grados el segundo y 25 grados los días que quedan hasta el
nacimiento (que se produce dentro de los 14 días siguientes). La
fecha de activación debe coincidir con el brote primaveral de las
moreras, ya que sus hojas servirán de alimento a las larvas.
Cuando la mariposa hembra pone 1
huevecillos o semillas del gusano, enseguida e irremediablemente
muere. El macho tiene, a veces, algunos días más de vida. Los
huevecillos pueden alcanzar un tamaño de un milímetro, su
pequeñez es tal que un gramo contiene de mil a 1,500 semillas
fértiles. La cáscara del huevecillo está formada por una
membrana de materia quitinosa, perforada en toda su superficie de
canales microscópicos que permiten la respiración del embrión.
Durante este periodo, conocido como incubación, el huevecillo se
mantiene a una temperatura promedio de 25ºC. El proceso de
gestación dura alrededor de quince días. La proximidad del
nacimiento se indica con un cambio del color de la cáscara, que
pasa de gris oscuro al claro.
Al nacer, el gusanito tiene tres
milímetros de largo, por uno de grueso, y emite su primer hilito
de seda para suspenderse y aislarse de la cáscara. Desde ese
momento su naturaleza lo llevará a comer, por lo que debe existir
siempre suficiente hoja de morera, que será su alimento durante
las cinco facetas de su vida. Desde entonces se les procura
también con la temperatura, que debe girar en los 20ºC, sin
variaciones, para que las larvas maduren en un lapso de 25 días,
pero también se puede acelerar el proceso de maduración elevando
considerablemente la temperatura, como lo hacen los grandes
productores, a 45ºC. El gusano dura sólo quince días antes de
empezar a confeccionar su capullo.
La vida del gusano se transforma a
través de varias metamorfosis o mudas. Al sexto día de nacido
cesa de comer, levanta la cabeza y se queda en esa posición por
24 horas. La piel del gusano se rasga longitudinalmente por la
cabeza y por esta hendidura sale la larva, abandonando su piel
anterior. Esta muda se repite en tres ocasiones más y el gusano
opera una renovación de todos sus órganos. El proceso se realiza
tres veces.
A los 25 días, la larva ha
alcanzado una longitud de ocho centímetros, pues cada dos días
duplica su volumen y peso. Se le notan doce anillos, sin contar la
cabeza, y tiene la forma de un cilindro alargado que parece a
punto de estallar. Al término de la quinta edad, parece no
satisfacer su apetito y es cuando evacua gran cantidad de
excremento líquido, lo cual indica que pronto iniciará la
confección de su capullo.
Lo inimitable de sus cualidades
fisiológicas comienza cuando come y convierte su alimento en
seda. Justo abajo del labio inferior, se sitúa la trompa de seda
o hilera, que es el orificio por donde sale la hebra de
seda. Al deglutir, el alimento pasa por el esófago y recibe el
líquido secretado por las glándulas salivales. Después, este
mismo líquido viscoso transforma en dextrina el almidón de las
hojas de la morera y el líquido alcalino secretario por el
estómago continúa la digestión y la asimilación. Las
glándulas sedosas, donde se acumula la seda, tienen la forma de
dos tubos alargados y brillantes, situados debajo del tubo
digestivo, y se unen de modo que de la hilera sólo sale un
diminuto hilito de seda.
Instalaciones
La cría del
gusano de seda se realiza bajo techo, en galpones especialmente
acondicionados, ya que en su evolución, en poder del hombre
(domesticación) dependen absolutamente de los cuidados que le
brinda el sericicultor. Una vez que nacen las larvas son colocadas
en bandejas especialmente acondicionadas que por lo general, están
confeccionadas con cartón corrugado nuevo o usado (libres de
productos químicos) o con entretejidos de cañas huecas. Las
bandejas, a su vez, se pueden acomodar en estanterías para
aprovechar mejor el espacio.
Alimentación
El alimento
natural de los gusanos de seda son las hojas de la morera (Morera
morus y Morera nigra). Durante los primeros dos
estadios de las larvas convienen seleccionar las hojas más
tiernas de la planta (cogollos) y picarlas en tira: angulares para
lograr un mejor aprovechamiento.
La cantidad de hojas de morera que
consume cada larva no representa mayor problema, excepto en la
quinta edad, cuando el apetito del gusano es insaciable. Para una
cría de 25 gramos de huevecillos, cantidad adecuada para un
criadero rural, son necesarios un total de 786 kilogramos de hoja
para toda la crianza. Tradicionalmente la sericicultura ha sido
considerada una actividad del todo hogareña, porque sus cuidados
no necesitan de mayor fuerza y los pueden realizar niños, mujeres
y ancianos. Las tierras más propicias para la crianza son
aquellas que se encuentran en regiones cálidas tropicales, con
una altitud por abajo de los 100 metros, aunque en las regiones
frías también se puede obtener, pero no de la misma calidad.
El alimento será consumido por las larvitas en la medida que el
mismo se encuentre fresco y turgente. Una vez marchito habrá que
cambiar la comida. A partir del tercer estadío (segunda muda: las larvas son
capaces de comer hojas enteras, y
durante la quinta etapa se les proveen ramitas enteras de morera.
La acumulación
de residuos en las bandejas de crianza (hojas marchitas y excretas
de las larvas) hace necesario proceder a quitar los mismos, ya que
su permanencia constituiría un posible foco infeccioso.
El cambio de las
bandejas y su limpieza se conoce como deslechado o cambio de cama.
Esta operación consiste en aprovechar la voracidad de las larvas,
colocando sobre la bandeja vieja la cama a renovar, separadas por
un papel perforado o una tela tramada plástica. Esta red permite
el paso de las larvas hacia el alimento fresco y el fácil
traslado de la cama a una bandeja limpia y desinfectada. A los
contenedores usados se los recicla limpiándolos y desinfectándolos
con productos químicos y rayos de sol.
El contenido de la cama
que se retira puede ser usado como forraje para rumiantes, no
rumiantes o enmienda orgánica para suelos.
Hacia el final de
la quinta etapa o estadío larvas (aproximadamente a los 35 días)
se debe construir un bosque artificial para que los gusanos puedan
ascender con facilidad a tejer el capullo. Para ello se pueden
utilizar filamentos plásticos, espigas de sorgo de escoba o
ramitas de distinta procedencia.
Estos bosques se colocan
alrededor de las bandejas de crianza permitiendo continuar con la
alimentación por el tiempo que sea necesario.
La construcción
de los capullos demora entre 3 y 4 días. Una vez finalizada, en
el interior del mismo el gusano realiza su metamorfosis pasando
del estado de larva al de crisálida. Esto ocurre entre los 12 y
14 días de haber culminado el tejido de los capullos, momento en
el que emerge la mariposa.
Inmediatamente
después de salidas del capullo, las mariposas se encuentran en
condiciones de realizar la copula, que tarda alrededor de 24
horas.
Luego de ello, las hembras comienzan a deponer los huevos,
que paulatinamente pasan de un color amarillento claro a otro de color
marrón.
Un capullo está
constituido fundamentalmente por tres partes o componentes: un
tejido de seda muy laxo, conocido con el nombre de
"borra", que sirve de soporte del capullo al bosque y
que se vende como seda de segunda calidad; el capullo propiamente
dicho, constituido por la secreción continua de seda en un solo
hilo de 800 a 1.400 metros de largo y, en el interior, restos de
borra interna junto al insecto en estado de crisálida o pupa.
Los capullos
pueden ser vendidos a la industria manufacturera de dos maneras,
como capullos frescos o verdes (sin que se haya matado al
insecto), o bien, en estado de secos o muertos. Esta decisión
incide en el precio de la venta.
La muerte del
insecto ubicado en el interior del capullo detiene el ciclo biológico
y permite conservar fácilmente el producto a manufacturar.
La muerte o sofocado de los capullos puede realizarse por
exceso de temperatura (mediante vapor de agua, autoclave o sol) o
por la acción de agroquímicos (como el bromuro de metilo).
Cualquiera sea la
metodología adoptada para la muerte del gusano, la comercialización
se realiza al peso.
El capullo es una envoltura que
guarda la magia natural
El hilito de seda sale de la
hilerilla cubierto de “gres”, una especie de goma
amarilla que, más tarde, se ablanda con el agua caliente, cuando
se tratan de devanar los capullos.
Una vez que el gusano ha madurado o
llegado al final de la quinta edad, busca un lugar seco y propicio
para fabricar su capullo. Quienes los crían les colocan a su
alcance un tejido de ramas secas bien des. infectadas, pues la
limpieza es vital par, que los gusanos no se enfermen. Los gusanos
trepan por el encabanado para formar una red irregular que está
sujeta a las ramitas, entonces comienzan a tejer su prisión
fabricando, alrededor suyo, una en. envoltura oval, dándole forma
de "8" con los movimientos de la cabeza. Al cuarto día,
el gusano ha terminado de vaciar sus glándulas sedosas y pasa a
una etapa de sueño profundo.
La crisálida se transforma en
mariposa al cabo de veinte días. Al salir, agujera el capullo,
rompiendo los hilos de seda. El macho, entonces, busca pareja.
Cuando encuentra a su hembra, fija sus ganchos copuladores en ella
y el acoplamiento dura varias horas para lograr fecundar todos los
huevecillos. Poco después de poner su producto, muere.
A partir del décimo día, los
agricultores pueden desmontar las hojas y separar cada capullo,
quitándole la borra y las impurezas. Hasta entonces, la crisálida
sigue viva y en proceso de metamorfosis, por lo que es necesario
interrumpirla a través de el "ahogado” con el vapor o con
aire caliente. Inmediatamente después se procede al secado",
que es igualmente importante para evitar cualquier residuo de
humedad, ya que puede manchar los finos hilos, perdiéndose
definitivamente el capullo. Una vez que ha concluido el secado, el
capullo vuelve a tomar su forma corporal, con la misma finura pero
sin vida.
Aquí concluye la actividad del
agricultor, iniciándose entonces el trabajo de la industria
textil. Para deshilar el capullo, que puede tener hasta 1 500
metros de hilo, se hacen macerar en agua caliente, una temperatura
de 80 a 100 grados centígrados, para que se ablande y limpie de
la goma o gres que lo acompaña. Al devanado simultáneo de varios
capullos se le nombra seda cruda o en greña y, para lograr la
uniformidad, es preciso unir varios hilos crudos y alimentarlos de
tal manera que se puedan "torcer" para darles forma y
facilidad de movimiento.
Después se cuecen los hilos con
agua de jabón, para lograr desechar totalmente el gres que los
envuelve. Tras el proceso aparece, finalmente la seda cocida,
suave al tacto, flexible, blanca y brillante.
En el Brasil, en junio de 1993, el kilo de
capullo fresco alcanzó un precio de acopio de 1,97 dólares. Pero
hay constancias de precios excepcionales de hasta 5 dólares en
oportunidades de escasas cosechas y altas demandas.
Una alternativa de producción:
Gusanos de seda transgénicos
Nada podría
gustarle más a los fabricantes de kimonos: gusanos de seda
especializados en segregar fibras de colores novedosos y
cualidades únicas. Atender tales demandas constituye uno de los
objetivos de los expertos que han diseñado variedades transgénicas
de dicho insecto; pero no el único: en el horizonte de la
investigación figura también la creación de gusanos que
secreten capullos ricos en proteínas terapéuticas.
Un gusano de
seda transgénico no se diferencia de otro cualquiera más que en
uno o unos genes ajenos insertados en su patrimonio genético.
Pero esos pocos genes bastan para modificar la calidad de las
fibras secretadas, según científicos japoneses, franceses y
americanos, que han producido ejemplares viables de este insecto.
La transformación
estable de la línea hereditaria de esta criatura, conocida científicamente
por el nombre Bombyx mori L. , viene a sentar las bases de
prometedoras aplicaciones en investigación básica y en
biotecnología.
En este ocasión
se le han introducido genes sin valor comercial en sí, pero de
interés científico de cara a la demostración de la eficacia de
la transgénesis.
Por tratarse de
un insecto doméstico, totalmente dependiente del ser humano, los
investigadores no se han planteado como problema a priori la
cuestión de la diseminación en el medio ambiente de un organismo
genéticamente modificado.