Aspectos prácticos de la cría de lombrices
Control del pH y
viabilidad.
El valor de pH del
estiércol debe estar comprendido entre 6,5 y 7,5 siendo los
valores óptimos 6,8 y 7,2. Para controlar el pH de una sustancia
orgánica se puede utilizar papel de tornasol.
Para la prueba se
toma una muestra de estiércol húmedo y se le introduce el papel
de tornasol en el centro. Se deja reposar unos 30 segundos comprobándose
que la tira ha cambiado de color. Se lo compara con una escala de
colores donde cada uno responde a un grado distinto de pH.
El grado de acidez
o alcalinidad se expresa mediante una escala que va de 0 a 14. Las
sustancias cuyo pH esta comprendido entre 0 y 7 se consideran ácidas,
de 7 a 14 alcalinas y neutra cuando el valor es 7.
También existen
aparatos llamados peachímetros que permiten medir directamente el
pH. Basta con introducir una punta en el material y un indicador
con una aguja permitirá hacer una lectura con regular exactitud.
Núcleos
Se denomina núcleo
a los planteles de lombrices que se inseminan en las cunas. Cada núcleo
integrado por las lombrices y su sustrato tiene un volumen
aproximado de 50 decímetros cúbicos ( 50 litros). Es muy difícil
calcular cuantos individuos hay en cada núcleo (ya que contiene
cocones y lombrices muy pequeñas) pero como referencia se podría
hablar de unos 30.000 ejemplares.
Preparación de
las cunas en primavera-verano
Para calcular
aproximadamente la cantidad de material que se va a utilizar (en
todas las estaciones) hay que multiplicar el volumen de la cuna
por dos. Por ejemplo, una cuna de 1,80 por 3,60 por 0,30 (2 m3)
requiere 4 m3 de material.
En verano no hace
falta contar con la totalidad del material al iniciar la cuna,
pero tampoco hay que descuidarse, porque el acondicionamiento del
mismo lleva un mes.
Se distribuye
dentro de la cuna una capa de 5 cm (no más) de material bien
fermentado y se riega. Las lombrices no se colocan en ese momento
ya que el material podría reaccionar debido a la manipulación y
el riego.
Al día siguiente,
por la tarde a última hora para reducir riesgos por
calentamiento, se introducen los núcleos con las lombrices cubriéndolas
con una malla de mediasombra (40%) para protegerlas del sol y de
posibles depredadores. Se emplean de 10-12 núcleos (unas 400.000
lombrices) por cuna de 1,80 por 3,60 lo que agrega otros 4-5 cm a
la altura del material.
Antes de sembrar
las lombrices es importante hacer la prueba de supervivencia. Para
ello se utiliza una caja de madera con drenaje donde se coloca una
capa del alimento que se utilizará en el lecho. Se riega y se
colocan una 50 lombrices. Si al cabo de 24 horas las lombrices están
en buen estado se puede continuar el proceso.
Una vez por semana
se agrega 3-4 cm de alimento. No se debe sobrepasar este límite.
Si la temperatura se elevara demasiado no agregue agua ya que esta
cierra los poros del material impidiendo que el calor se difunda.
Tampoco revuelva el material ya que esto sólo avivará más la
reacción. Solamente retire un poco del material superior ( 1,5-2
cm) y todo volverá a la normalidad.
A medida que se
carga la cuna las lombrices irán ascendiendo para alimentarse,
por lo tanto la pila irá bajando gradualmente sin que ocurran
desbordes.
Todos los días hay
que inspeccionar con un hierro en forma de "U" alargada
para ver como reacciona el material y como se comportan las
lombrices.
Suele ocurrir con
las cunas de verano que se anticipa el frió y las lombrices se
van al fondo aletargándose. En estos casos no sirve poner una
capa de material más grueso, sino hacer un montículo para que
levante la temperatura y las lombrices suban.
Riego
La cuna debe
regarse con regularidad teniendo en cuenta la época del año. En
Vita-Fértil en el período otoño-invierno se riega (siempre que
no llueva) una o dos veces por semana (durante un minuto) y en
verano todos los días (durante 40 segundos). La humedad más
apropiada es la que está alrededor del 80% y la temperatura
debería oscilar entre los 20-30º C (no debe superar los 32ºC).
La humedad del
medio es óptima cuando al apretar un puñado de material
totalmente húmedo no caen gotas. Las lombrices pueden sobrevivir
con menos humedad, pero disminuye su actividad. Una humedad
superior al 85 % es perjudicial ya que se compactan los lechos y
disminuye la aireación. Por otra parte los riegos excesivos
arrastran las proteínas perdiendo el alimento parte de su valor
nutricional.
Los microaspersores
no son indicados para el riego debido a que no proporcionan un
control suficiente sobre la cantidad de agua esparcida. Conviene
regar en forma manual con un aspersor tipo ducha. La lluvia no
afecta, salvo que se produzcan inundaciones.
Lo que interesa
regar son los 10-15 cm superiores de la cuna ya que allí se
encuentran la mayor parte de las lombrices alimentándose, pero no
importa que un cm de la parte superior este seco.
La lluvia no
afecta, salvo que se produzcan inundaciones.
Extracción de
las lombrices
El ciclo de
producción en la cuna es de 3 meses. Cuando falten de 15 a 7
días para realizar la cosecha se alimenta a las lombrices con un
sebo para atraer al mayor número de las mismas a la superficie de
la cuna y proceder a su extracción. Una formula desarrollada por
Juan Carlos Magnano, es mezclar el material con un 3% de grasa
refinada rayada. También se puede emplear borra de café o
melaza.
Para extraer las
lombrices se coloca sobre la cuna entre 3 y 4 cm de sebo. Se moja
y se lo cubre con la mediasombra. Al cabo de 72 horas se llenará
de lombrices. Con una horquilla carbonera se sacan de 5 a 7 cm de
la capa superior. Este material constituye un nuevo núcleo que se
podrá usar para sembrar una nueva cuna.
Cosecha de humus
Una vez retirada la
mayor parte de la población de lombrices de la cuna, se extrae el
humus inmediatamente. Es importante tener presente que para que la
actividad sea rentable las cunas deben manejarse como unidades de
producción de humus con un ciclo de tres meses, al cabo del cual
el lumbricompuesto es extraído rápidamente aunque no esté
totalmente listo.
El proceso de
homogenización se completa en tres o cuatro meses por acción de
las bacterias, y de las lombrices que no fueron extraídas al
realizar la cosecha. Este tiempo es demasiado breve para que
eclosionen los cocones inmaduros y para permitir que la totalidad
de las lombrices rezagadas puedan retirarse antes de pasar por el
proceso de desterronado y tamizado del material. Las pérdidas
pueden rondar el 20% o más. Estas pueden disminuir si se tiene la
precaución de colocar junto a la pila de post-elaboración una
franja de estiércol para atraer con su olor a las lombrices
rezagadas.
Anteriormente se dejaba de
alimentar a las lombrices por unos días. Con el sebo esto se hace
innecesario. Además se evita que las lombrices bajen a buscar
comida con la consiguiente pérdida de tiempo en esperar que
asciendan nuevamente
La pila de
post-elaboración se puede dejar a la intemperie durante algunos
meses lo cual mejora progresivamente la calidad del producto. En
un envase que deje entrar un poco de aire y con un 40 % de
humedad, el humus mantiene sus cualidades durante muchos años.
Para tener sólo
una referencia orientativa, por cada tonelada de alimento que se
coloca en una cuna en el período productivo, se extrae media
tonelada de humus en tres meses de actividad. En el período de
expansión (ver más adelante) este resultado lleva más tiempo
Un metro cúbico de
humus pesa unos 500 Kg Su peso específico es de 0,5-0,6. Si
supera estos valores puede contener tierra ( peso específico 1).
Preparación de
las cunas en otoño-invierno
La lombriz roja no
sufre normalmente ningún letargo invernal, aunque se reproducen
con menor intensidad. Por este motivo sus necesidades de comida
disminuyen un poco. Sin embargo, es necesario aumentar los aportes
de materia orgánica (cuando la temperatura desciende a menos de
14º C) para mantener el calor de los lechos y por ende el del
propio alimento, ya que las lombrices no comen cuando éste está
muy frío.
El frío también
disminuye la actividad de las lombrices y es necesario esperar
más tiempo para que se produzca el humus. En la granja vita-Fértil
se ha superado esta limitación porque se aprovecha la propia
fermentación del alimento para producir calor. Esto se consigue
con un acondicionamiento del estiércol más breve y un manejo de
la pila de material llamada "estufa".
La estufa se logra
incorporando en la cuna un volumen de material del doble y un
sexto más. Se forma una pila que supera el borde de la cuna con
forma de campana de Gaus o pico truncado. Esto no significa que no
debamos agregarle un poco de material más adelante.
La inseminación de
lombrices se hace en la meseta. Allí la fermentación es más
enérgica que en las laderas, mientras que en la parte inferior
hace más calor que en la superficie. Esto permite una variedad de
temperaturas a las que se irán acomodando los gusanos. A
diferencia de las cunas de verano, aquí el ingreso de las
lombrices es de la parte superior a la inferior de la cuna.
Las lombrices se
desplazarán por los primeros centímetros del material ingiriendo
micropartículas de proteínas que vienen con el estiércol cuando
aun está fresco.
Al mes se levanta
el material de los extremos de la cuna (dejando un montículo en
el centro) para favorecer la reacción del material.
A los tres meses se
desparrama todo el material y se agrega alimento con un poco de
sebo extra para que suban las lombrices (por el alimento y el
calor). Esto ocurre en una semana aproximadamente.
La técnica para la
cosecha de lombrices y humus y la post-elaboración del mismo es
similar al período primavera verano.
Períodos de expansión y de producción
En la cría comercial de lombrices
californianas hay dos etapas bien definidos: la de expansión en
la que se busca favorecer la multiplicación de las lombrices para
ampliar los planteles para alcanzar las dimensiones deseadas para
el criadero y la de producción propiamente dicha cuando, una vez
alcanzada el tamaño óptimo para la explotación, las cunas se
inseminan con el máximo de lombrices buscando incrementar la
producción de humus antes que el de la población de animales.
Período de
expansión
A los 3 meses de
poner en marcha la actividad se hace la cosecha de las lombrices y
luego de extraer el humus de las cunas se puede proceder a su
multiplicación. Esto consiste en emplear las lombrices extraídas
para iniciar un número mayor de cunas. Si una cuna se divide en
dos llevará el doble de tiempo para lograr los mismos resultados
obtenidos con una población completa. El cálculo es fácil de
realizar: si se tienen 6 cunas y se las lleva a 8 (30% de aumento)
el tiempo de elaboración se incrementará un 30%.
Otra relación que
se debe tener en cuenta es que cuando una cuna está con dotación
completa (etapa productiva) no se da un aumento importante de la
población al cabo de los tres meses. La explicación es que los
gusanos no cuentan con el espacio suficiente para reproducirse con
toda su capacidad.
Si en este momento
se hace una división de lombrices las cunas resultantes contarán
con menos lombrices que en la cuna inicial. Esto trae dos
consecuencias:
- Ahora se cuenta con más espacio
para que se reproduzcan las lombrices, aunque el proceso
llevará más tiempo.
- Habrá menos requerimientos
alimentarios (por lo tanto la comida se suministrará con
menos frecuencia ( Por ejemplo cada 10- 12 días según el
porcentaje de expansión y la observación de la evolución de
cada cuna).
Se van repitiendo
las expansiones hasta alcanzar el tamaño óptimo del criadero. Es
conveniente manejarse con porcentajes de expansión bajos Los
esquemas de multiplicación de cunas de tipo aritmético: 1, 2, 4,
8 no responden a la curva de crecimiento real de las poblaciones
de lumbrícidos haciendo que el lumbricultor deba cuidar una mayor
cantidad de cunas con menor resultado.
Período de
producción
Una vez que la
granja ha alcanzado la dimensión planificada, cada cuna estará
casi siempre con su población completa de lombrices ya que se
tiende a tener el máximo de lombrices produciendo humus. Cada
cuna (de 1,80 por 3,60 mt) se iniciará con 10 núcleos y la
cosecha se realiza a los 3 meses. Al cabo de este tiempo se extrae
el humus para pasar rápidamente un nuevo ciclo.
En la etapa
productiva el incremento en la población de animales no será tan
pronunciado como en el período de expansión, ya que los
planteles no cuentan con tanto espacio ni tiempo para
reproducirse. Aún así, progresivamente comenzará a haber un
remanente de gusanos que se puede vender a nuevos productores o
destinar a la fabricación de alimentos para otros animales (rana,
peces, aves etc.).