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Cría de Codornices
En
ocasiones la avicultura tiende a agotarse en las especies
tradicionales como gallinas, patos o gansos. Muchas veces
encontrar una alternativa puede resultar ventajoso para aquellos
productores que buscan extender su mercado. La cría intensiva de
codorniz japonesa para huevos es una opción acertada si se desea
invertir poco capital para obtener buenas ganancias en un tiempo
relativamente corto.
Codornices
vs Gallinas
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Tres
huevos de codorniz equivalen a 1 de gallina.
-
1000
codornices ocupan el espacio de 100 gallinas.
-
Una
codorniz pone un huevo cada 22 horas, la gallina lo pone con
un lapso de 26 horas.
-
Un
huevo de codorniz pesa 1 gramo, el de gallina 57 gramos.
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Para
una docena de huevos de codorniz es necesario 300 gramos de
alimento; para una docena de huevos de gallina requiere 2.2
kilos.
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El
huevo de codorniz tiene 0.7% de colesterol, el de gallina 7%.
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La
postura de la codorniz es constante y pareja durante todo el
año, la gallina sufre períodos de baja postura.
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Las
codornices no son atacadas por enfermedades
infectocontagiosas, las gallinas sí.
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La
postura de la codorniz se produce en la mañana, la gallina en
la última hora del día.
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La
codorniz se encuentra madura comenzar a poner huevos a los 42
días; la gallina en cambio a los 58.
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Una
sola persona puede fácilmente encargarse de un criadero de
codornices; en lo referente a gallinas, hacen falta al menos
dos.
Aspectos
técnicos
Instalaciones
Para lograr una buena crianza la
elección del lugar es lo más importante. Le aconsejamos
reacondicionar lugares o aprovechar espacios que antes tuvieron
otro uso. Resultan ideales los tinglados con posibilidades de
cerramiento, galpones o habitaciones. Cuando se instala el
cobertizo de alojamiento, deben tenerse en cuenta ciertas
condiciones de luminosidad, ventilación y humedad.
Recordar: El reflejo de la luz
del sol estimula la fijación de calcio en los huevos.
El terreno para ubicar la granja debe estar lo más
alejado posible de casas de habitación, de otras granjas y de
futuros centros urbanísticos, turísticos, etc., para
evitar, entre otras cosas, el contagio de enfermedades entre
animales y hacia el ser humano.
En todo momento es necesario
disponer de electricidad y de una buena fuente de agua potable,
para llenar las necesidades fisiológicas de las aves y de la
limpieza de los galpones y equipo.
El tipo y calidad de construcción de un galpón, depende de
las condiciones climáticas del lugar, de la finalidad de la
producción y de los medios económicos con que se cuente.
El galpón debe ser construido en lugares secos, terrenos bien
drenados, y preferiblemente en sitios donde el sol penetre varias horas durante el día y esté
protegido de fuertes
corrientes de viento.
Para el buen funcionamiento de la granja es
necesario que los galpones tengan amplios aleros, especialmente
en zonas húmedas; buena ventilación, acondicionamiento para los
bebederos, comederos, nidos, luz eléctrica, fuente permanente de
agua potable y una buena cubierta de piso.
La construcción ideal
de un galpón debe tener un zócalo o pared de bloques de concreto
con un mínimo de 60 a 80 cm de altura, sobre el cual se coloca
los horcones de madera o "perlings" de 1,20 m; para una
altura total de 1,80 m, desde el piso hasta la solera. El espacio
abierto de la pared se forra con malla metálica
(tipo ciclón o soldada), con huecos de unos 2,5 cm.
El piso de tierra se puede apelmazar y ser utilizado en
esta forma, aunque por razones sanitarias es preferible chorrear
una capa con concreto, de un espesor (5 a 6 cm) que no se quiebre
con facilidad y dure muchos años, y que además permita efectuar
una buena lavada. El material
más recomendable para la cubierta del techo es el zinc corrugado,
por su mayor durabilidad y facilidad de colocación; no obstante
se puede usar cualquier otro producto como tejas de barro,
fibrocemento, etc.
El tipo de galpón se debe ajustar a la
actividad (crianza/desarrollo o crianza/producción de huevos) y
al número de animales que se desea tener. Cuando el galpón tiene
más de seis metros de ancho, se recomienda el techo de dos aguas, para
que no sea muy alto y porque le brinda mayor protección al
impedir la entrada de lluvia y viento.
Las dimensiones del galpón dependen básicamente del número de animales que se desee
tener, de la topografía del terreno y de los materiales
disponibles. Si no se tienen los conocimientos básicos de
construcción, es mejor consultar con algún técnico o
constructor, quien le pueda dibujar el plano del galpón y hacer
el presupuesto respectivo. Lo lógico en todo caso, es que no haya
desperdicio de materiales, como cortar lo menos posible la madera,
perlings o las láminas de zinc. Hay que tratar de utilizar la
mayoría de los materiales en las mismas dimensiones en que se
comercializan. En zonas de clima caliente se deben alojar unas
cinco gallinas por metro cuadrado, mientras que en clima frío se
puede tener una densidad de seis o siete aves por metro cuadrado.
La instalación de jaulas decide el
éxito, la mediocridad y hasta el fracaso de manejo de la crianza
y explotación de criaderos de pequeños animales como por ejemplo
las codornices, chinchillas o conejos, etc.
Las jaulas están construidas con
materiales tan resistentes como el acero y el hierro galvanizado.
el enrejado es vertical y en el frente se encuentra una puerta
accionada por resortes que permite una absoluta comodidad al
manipular las aves. El piso también compuesto por una reja
metálica, posee un decible del uno por ciento para lograr que los
huevos se deslicen hasta el sostén exterior de cada
compartimiento.
Las dimensiones de las jaulas
están normalizadas de manera tal que puedan ser ubicadas una
encima de otra como si fueran baterías. en cada unidad lo ideal es
albergar cómodamente veinte animales ya que las medidas son
1.20 mts. de largo por 80 cm de ancho y 40 cm de alto.
Sistemas de apertura y cierre de cortinas
En el dibujo 1 pueden observarse los detalles de un sistema rápido de abertura o cierre de cortinas. Este sistema consta de un cable de
acero de 4 mm sostenido en cada extremo del galpón por una roldana de fundición de 4 pulgadas.
En uno de los extremos del cable se coloca un contrapeso y en el otro una rnanivela (un simple
rodillo con manija o bien con un sistema de multiplicación de fuerza
mediante engranajes). Cada 1,80 m debe colocarse una roldanita o un gancho de hierro de 6 mm
recubierto en la parte curva con una manguera plástica por donde pasan las cuerdas de poliéster que unen la cortina al cable de acero. A través del doblez que la cortina debe
poseer en la parte superior se pasa un hierro de 8 mm o caño fino sobre el cual se atan las mencionadas
cuerdas cuando la cortina está totalmente baja.
De este modo, al accionar la manivela, en pocos segundos puede cerrarse o abrirse todo el lateral de un galpón. Para sujetar la cortina y
evitar que se rompa cuando hay viento conviene colocar tiras de contención cada 1,80 metros, ya sea en posición vertical o en forma de X.

1-Crique
2-Roldana
3-Madera
4-Roldanita |
5-Cable de acero
6-Rienda
7-Cuerda de poliester
8-Contrapeso |
9-Cortina de
arpillera plástica
10-Varilla longitudinal de hierro de 8 mm. de diámetro. |
La incubación de los huevos de codorniz japonesa, la especie más
utilizada, puede realizarse mediante la incubación natural o la incubación artificial. En condiciones de cautividad la codorniz no forma nido ni se "enclueca" como sucede con la gallina, salvo en contadas ocasiones. De todas maneras aunque ese hecho se produzca, la hembra es tan pequeña que no permite incubar gran cantidad de huevos.
Hay criaderos de tipo familiar que suelen emplear gallinas pigmeas para incubar huevos de codorniz. Los resultados son
exitosos si se tiene la precaución de descontar cuatro días después del comienzo de la incubación de la pigmea para colocar los huevos de codorniz, puesto que éstos requieren de unos 17 días de
incubación, mientras que los huevos de gallina necesitan 21 días.
En los criaderos ya más organizados se utilizan
incubadoras comerciales para pollos. Pueden utilizarse las planas, de aire sin circulación forzada y las verticales, de aire forzado. En el caso de las primeras lo aconsejable es mantener una temperatura en la primera semana de
incubación de 38º C (101º F); durante la segunda semana podrá llegar a
39º C (102º F) y luego, hasta que termine la incubación, podrá
ascender a 39º C (103º F) como máximo.
Con respecto a la humedad, ésta no debe ser inferior al 60 por ciento durante los primeros días del proceso aumentando hacia el final de la eclosión. Los huevos deberán voltearse por lo menos dos veces al día. Si se cuenta con incubadora vertical de aire forzado las bandejas con los huevos para incubar deben ser mantenidas a temperatura ambiente durante un tiempo prudencial con el fin de uniformar las condiciones de preincubación.
La temperatura de la incubadora será de
37º 5C (99,5º F) pudiendo llegar a 38º3 C (101º F) y la humedad relativa no será inferior al 60 por ciento hasta el día 14 de incubación, aumentando el 90 por ciento hasta incluir la eclosión. Puede usarse una incubadora y una nacedora o resultar ambas parte del mismo aparato. En la primera se mantienen
los huevos hasta 1 o 2 días antes de comenzado el nacimiento que es cuando se pasan a la nacedora.
Este procedimiento permite imprimir
al criadero un ritmo de mayor actividad estableciendo una labor cíclica que determina una continuidad altamente efectiva en la producción. Después del nacimiento y una vez que los polluelos son retirados se procede a limpiar la
incubadora. Las paredes y ventiladores del aparato se lavarán con agua, mientras que para las bandejas se empleará
detergente. La incubadora vacía se desinfectará con algún producto adecuado.
Huevos
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Tratamiento
de Huevos Fértiles
Es muy importante el tratamiento que reciban los huevos destinados a la incubación. Es menester tratarlos con delicadeza por la facilidad de su ruptura, además deben retirarse de las jaulas al menos dos veces por día.
En épocas de calor es conveniente realizar la recolección de los huevos 3 o 4 veces al día.
La codorniz japonesa, al contrario de lo que
ocurre con la gallina, pone más huevos en las últimas horas de la tarde y
en las primeras de la noche.
Los huevos destinados a la incubación deberán ser mantenidos en ambientes frescos y limpios, a una temperatura
aproximada de 15º C y con un 75 por ciento de humedad relativa.
El tema de la temperatura es algo complejo.
A veces huevos que llevan dos o tres días de puestos al incubarse sólo brindan un 20 por ciento de pollitos. Posiblemente esto se deba a que en algún momento antes de ser introducidos en la
incubadora hayan estado expuestos a altas temperaturas provocando que el
proceso del huevo comenzase con anticipación causando la muerte del embrión. Lo ideal
es poseer un sala de incubación con cámara de conservación de huevos pero,
en general, los criadores de codornices no cuentan con estas comodidades, en consecuencia, debemos tener más
cuidado y estar muy atentos.
No es conveniente que los huevos que
entran en la incubadora tengan más de siete días de postura ya que a
medida que transcurren los días disminuye el porcentaje de nacimientos reduciendo las posibilidades
de mantenerse en el pretendido promedio del 80 por ciento. De no
realizar el manejo adecuado existe una mortalidad de embriones que se presenta
principalmente, a los tres días de introducir los huevos en la incubadora y poco tiempo
antes de producirse la eclosión. Son muchos los factores que inciden sobre la
fertilidad e incubabilidad de los huevos, como la relación entre sexos, la edad de los
reproductores y las condiciones de crianza.
Tener en el plantel un macho cada tres hembras es una relación adecuada para obtener una fertilidad aceptable. También la luz, la
temperatura, el espacio, la de
los animales, el despicado, peso de los huevos, los períodos de almacenamiento previos a la
incubación, las condiciones de cría, etc., son factores que inciden, en mayor o
menor grado, sobre la fertilidad.
Los machos pueden dejarse permanentemente con las hembras. La ventaja de este manejo es el máximo de fertilidad posible del plantel y la desventaja, el aumento
del picaje, la agresividad del macho, el desplume, etcétera.
| Fertilidad
e incubación |
|
Período
de mantenimiento pre-incubación (en días) |
2
a 8 |
9
a 15 |
16
a 22 |
23
a 29 |
|
Números
de huevos observados |
667 |
584 |
499 |
521 |
|
Porcentaje
de fertilidad |
79 |
73 |
65 |
45 |
|
Porcentaje
de eclosión de los huevos fértiles |
69 |
53 |
26 |
10 |
Posnacimiento
Una vez producida la eclosión los polluelos permanecerán en la nacedora hasta que se sequen. Si se los deja por más tiempo que el necesario comenzarán a deshidratarse, lo que sin duda incidirá en el porcentaje de mortandad al retirarlos de la
nace dora. Los pollitos bebes pasan a los corrales, éstos deberán tener la posibilidad de
ampliarse o reducirse según la cantidad de animales que haya.
Los animales recién nacidos y hasta los 15
días, aproximadamente,
estarán confinados en corrales de chapa, madera u otro material conveniente. En el piso se coloca viruta de madera para que absorba la humedad, fundamentalmente, de las inyecciones. Durante el primer periodo de crianza comen alimento
"iniciador". Puesto que en el mercado no existe uno específico para codornices, se utiliza el de pollitos
bebé de gallina, con buenos resultados.
Esta alimentación se mantiene hasta que las hembras llegan a un 50 por ciento de postura, en este momento se suministra
alimento "alta postura" mezclado con el iniciador, paulatinamente se irá aumentando el porcentaje del primero y reduciendo el del segundo hasta llegar a proporcionarles, únicamente, el alta postura. Durante el tiempo que los polluelos permanezcan en los corrales, el criador debe tener la precaución de regular la altura entre los bebederos y el piso, de modo que los animales puedan beber pero no les sea posible introducirse en ellos, de esta manera se mantendrá
seca por más tiempo la viruta.
Una codorniz en su
madurez (50 días) pone un huevo cada 22 horas con un alto
contenido protéico y un bajo nivel de colesterol. A lo largo del
año pone 290 huevos como mínimo.
Alimentación
Un buen alimento es aquel en que
están presentes todos los nutrientes en las proporciones
necesarias para que las aves se desarrollen y produzcan huevos. La
deficiencia de un nutriente puede retardar el desarrollo,
disminuir la postura y hasta puede provocar susceptibilidad a
enfermedades.
Los nutrientes pueden dividirse en
seis clases: agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas,
vitaminas y minerales. es conveniente recordar cuál es la
diferencia que existe entre un alimento simple y otro balanceado.
Así por ejemplo, el grano de maíz es un alimento simple pues no
contiene la proporción suficiente de todos los nutrientes que
permiten a una gallina producir huevos en forma continua. Este
cereal es rico en hidratos de carbono y pobre en proteínas,
vitaminas y minerales.
Para compensar estas deficiencias se deben
agregar otros alimentos simples, ricos en proteínas como la
harina de soja, de girasol y harina de hueso y conchilla que
aportan calcio y fósforo. Del correcto mezclado de distintas
proporciones de alimentos simples se obtiene el alimento
balanceado.
A continuación le presentamos una
dieta que puede ser utilizada en la alimentación de las aves.
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Enfermedades más Comunes que pueden afectar a las codornices
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